¡Shazam!

Hace algunos días conversaba con una de mis clientas sobre aquello que, de repente, se despierta en nosotros e inspira significativas transformaciones. Se me vino a la cabeza el término ¡Shazam! como una palabra para invocar y hacer acopio de esa fuerza interior que constituye la esencia de la naturaleza humana. Hablo del coraje que demuestran los supervivientes de catástrofes naturales; del valor de haber concluído la educación a pesar de haber sido objeto del matoneo en la escuela; de la entereza de no involucrarse en asuntos oscuros a pesar de la pobreza; de la dignidad de saberse valioso a pesar del rechazo...

En todos nosotros habita un 'Billy Batson', aquel joven que se transforma en el Capitán Maravilla, un super héroe creado hace ochenta años que se hizo popular a través de comics y films, quien recibe de Shazam -el mago- la clave para acceder a las principales características de los héroes arquetípicos: sabiduría, fuerza, destreza, nobleza, asertividad, elocuencia, excelente comunicación y algo de suerte.

Al pronunciar ¡Shazam!, el super héroe nos recuerda que todos estos dones habitan en cada uno de nosotros, disponibles para cuando los necesitemos. Pero así como el Capitán Maravilla tiene que enfrentar al Doctor Sivana, su archienemigo, nosotros tenemos que enfrentar las voces interiores de la duda, la vergüenza y la culpa, que son en realidad, nuestros verdaderos antagonistas.